La autora de ‘Si no fueras tan niña. Memorias de la violencia’, uno de los libros censurados por el gobierno de Javier Milei, habló con El Repaso por Radio Provincia AM1270. Se refirió a la ‘Carta a las familias. Un aporte al debate sobre los materiales literarios distribuidos en Escuelas Medias’ que acaba de difundir en respuesta al ataque del gobierno nacional a la Provincia por los materiales de lectura que se distribuyen en las escuelas.
En esa misiva, Fantin argumenta que el silencio y la censura no protegen, sino que perpetúan el desconocimiento y la vulnerabilidad de los adolescentes frente a realidades duras como la violencia, el abuso y otros problemas sociales.
“La difundí a través de mi cuenta de Instagram y de YouTube y fue replicada por los principales medios de prensa. No está dirigida a los políticos ni tampoco especialmente al periodismo, sino fundamentalmente a las familias, y a los y las docentes que son los que cada día trabajan poniendo el cuerpo por la protección de los niños, niñas y adolescentes”, explicó.
La entrevistada manifestó que la intención de su carta fue “explicar” a los padres qué es lo que sus hijos leen en la escuela y “legitimar la preocupación de las familias”. En tal sentido, señaló: “Como docente de muchos años en la escuela primaria, comprendo que una familia, mirando la televisión o escuchando la radio pueda formularse una pregunta genuina respecto de qué es lo que sus hijos e hijas leen en la escuela”.
Sobre su obra cuestionada, reveló: “Yo soy sobreviviente de abuso sexual durante mi adolescencia por parte de un profesor cuando estudiaba en una institución pseudo religiosa. El libro lo escribí como un intento de comprender lo que me había sucedido y reparación de mi propia historia”.
Fantin admitió que “tardé muchos años en entender que lo que me había sucedido era un delito penal grave, no una cuestión mía, porque me había enamorado cuando tenía 15 años”.
“Mi idea era explicar eso a través del libro y colaborar para que no se repita y que los niños, niñas y adolescentes tengan herramientas para identificar estos delitos que son tremendamente lesivos. Y para eso es muy importante la escuela, aunque quedó soslayada en la discusión, porque los chicos leen y ven muchos contenidos en las redes sin supervisión de los adultos”, añadió la escritora.
Además, remarcó que “lo que habría que revisar es la respuesta que le da el Estado a las víctimas de abuso sexual, porque yo -con esfuerzo emocional, económico y subjetivo-, pude llevar adelante una denuncia penal contra mi agresor, pero no todos pueden hacerlo. Yo quiero que lo que sufrí no sea solo un sufrimiento, quiero que sirva para algo”.
(RP)
Si querés seguir informado podés seguirnos en las cuentas en nuestras redes sociales en Facebook y Twitter o suscribirte en Google News.