El activista e intelectual afroargentino, Federico Pita, Director de la Comisión para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobía y el Racismo (INADI) conversó con radio Provincia.
Pita invitó al conversatorio «Futbol, raza y nación. Por qué Argentina no tiene más jugadores negros en la selección» que se desarrollará este jueves 22 desde las 18hs en espacio Malcom, sede de DIAFAR (Diáspora Africana de la Argentina), de la cual es su fundador.
El título del conversatorio surge a partir de un artículo publicado en The Washington Post, un diario de EE.UU, el cual generó un revuelo bárbaro, no sólo en las redes sociales, sino que tuvo mucha repercusión mediática en Argentina, a partir de su título tan provocador.
«Nosotros replicamos el título en un panel para habilitar y seguir discutiendo un tema tan esquivo que es el racismo en Argentina», explicó.
Por su parte dijo que cuando surgen este tipo de controversias, «la primera tentación a vencer es imaginar que “negro” se refiere a gente con determinado color de piel, y que cuando se dice “negro”, tiene que ser alguien oscuro, de mota, con nariz ancha. Tiene que ver con eso, provocando con el título de la nota apunta a eso, circunscribir a que los “negros” es una persona muy oscura, pensar que el seleccionado argentino no sería “tan negro” o “menos negro”, por lo que reducir la cuestión del racismo por el color de piel, sería la primera nota que habría que hacer para no caer en esa tentación. Y por otro lado, comparar la realidad de las poblaciones, migrantes africanos, producto de los vínculos coloniales entre Europa y África, distinta de las Américas y el Caribe, donde las poblaciones afrodescendientes tienen presencia hace más de 400 años, y fundamentalmente son a lo largo y ancho de nuestro Continente son poblaciones constitutivas de los procesos nacionales. Cuendo uno piensa en los negros de Haítí, República Dominicana, Brasil, argentina estan todos en los libros de historia empuñando un fusil y luchando por la independencia de cada país, muy lejos que los “negros” viene de afura en formato de migrantes. Eso también es interesante y la pregunta así suelta invita a profundizar».
Pita aseguró que «el tema del racismo no es imaginarse el color de piel de la gente sino fundamentalmente discutir quienes son en términos de identidad, más allá de si son claritos o oscuros».
Por ello, «la nota y la polémica que se armó fue en torno a discutir la cuestión cromática, no que no haya un aspecto del racismo asociado a eso, sino que reducir el racismo simplemente al color de piel, deja por fuera todo un análisis que tiene que ver con una cuestión constitutiva y política que es eso en definitiva el racismo, una cuestión de opresión».
Entonces, “la pregunta en todo caso es, cuántos de los jugadores del seleccionado reconocen su identidad originaria o afrodescendiente y cuales son las condiciones materiales para que las personas puedan hacerse esta pregunta, que no excede a cualquier ciudadano, ciudadana argentina, en relación a la capacidad de poder preguntarse, ¿quiénes somos?, porque lo que está de fondo es este mito de que todos los argentinos venimos de los barcos, y es falso».
El politólogo detalló que «esto no quiere decir que en los espacios de toma de decisión, poder, privilegio y prestigio no haya gente con la piel más clara, y en las cárceles y en los empleos peor remunerados, la gente tenga la piel más oscura. Ese es un dato objetivo de la realidad, imposible de tapar, pero no se reduce a eso el racismo». Porque «la relación de la procedencia en la escala social tiene un correlato con el aspecto de las personas, no cabe duda. No es que en los barrios populares o las villas el sol es más fuerte, que en los barrios de clase media o alta por eso la gente es más oscura. Sino que como herencia de un sistema colonial que se perpetúa como dinámica de poder hasta la actualidad, más allá que las normas se hayan actualizado desde una perspectiva liberal del Derecho, para el acceso universal de los derechos, se ser seres humanos, de acceder a una igualdad formal, la clave es que negros era esclavizados, indios servidumbre y blanco de pequeño propietario a grande latifundista, y esto practicvamente está intacto. Entonces, es que los sectores empobrecidos son los sectores racializados porque así lo dicta la forma en que se construyeron los Estados nación en el contexto de la modernidad, donde la raza fue medular».
Entonces, «obviamente, los jugadores de las clases populares van a tener en un alto porcentaje la piel más oscura que otros jugadores. En el caso de Maradona, hace poquito surgió un artículo de un investigador, experto en cuestiones genealógicas, que en un documento confirmaba que un antepasado de Maradona había sido una persona esclavizada. No hace falta ser un experto, con una foto de la familia para darse cuenta de ello», aclaró Pita.
Y agregó que «es importante entender que lo “negro” y lo “blanco” son identidades politicas, es una forma de pararse y ver el mundo, desde una perspectiva eurocentrica. En un sistema patriarcal eurocentrado, la norma del poder es el varón, blanco, judeocristiano, propietario. Es una forma de pararse y mirar el mundo, que algunos llaman “Pensamiento clásico” o “lo tradicional” que en el fondo oculta esta matriz de opresión, que en este punto en particular, llamamos racismo. Esto existe no solo en el deporte, hay negros y blancos, que no es de lo que se suele hablar, están también los blancos, como Batistuta, que no sólo se ve como una persona blanca que sino también se concibe como una persona blanca. Eso nos lleva a pensar que cuando en el Congreso se vota una ley donde quienes tienen más de no sé cuántos millones, tienen que, en una ocasión, pagar un impuesto extraordinario para ayudar a los sectores desfavorecidos, en contexto de pandemia, y el cree que está por encima de la ley y no pagar. Esa es una forma de ejercer de forma invertida un privilegio imaginando que tiene el derecho a no pagar. Eso no sólo es una cuestión de clase, pero la clase no explica todo de forma automática. Y menos en nuestras realidades, donde la cuestión constitutiva de las relaciones de clase está signado por lo racial. ser esclavizado, en términos de marxismo, en el contexto de la acumulación originaria del capital, el mundo, tal cual lo concebimos, no nace en el humo de la fábrica, sino en la materia prima que es el algodón para fabricar telas, que viene de las plantaciones; el café y tabaco, todo es trabajo esclavo, hecho por gente de carne y hueso, con determinadas condiciones raciales que son las que determinaban tu rol en una sociedad estamental que después se llamaría de clase. Por tanto, es indisoluble la idea de la clase y de la raza, en el mundo entero, pero ni hablar en nuestro contexto».
Por último consideró que “este es un fenómeno que parece que está para quedarse. Y fundamentalmente, la realidad nuestra argentina, tiene que ver con la subestimación de lo que significa el racismo, son muchas las personas que uno puede escuchar que imaginan que en Argentina no hay racismo, de una complicidad absoluta con la mantención de este sistema de opresión”.
(RP)
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