También, «estaba el Nunca Más de la CONADEP. Mi viejo odontólogo no era lector y mi mamá era ama de casa. Ellos decían que eran alfonsinistas, clase media, Lista 3. Él decía que era de centroizquierda, yo abrevié, no fui radical», explicó, pero sí -quizás adoptó- «esa ideología de mi viejo, alfonsinista, en la que si hoy trazáramos una línea, hoy serían kirchneristas», relató.
En diálogo con Enzo Maqueira y equipo por AM 1270, Molina dijo que la literatura entró en su mundo de otra manera: «De chiquito me hubiera gustado ser músico, en la adolescencia teníamos una banda que se llamaba “Control sanitario”, hacíamos covers de Attaque 77».
Por entonces, «me hubiera gustado seguir con la música pero eso fue derivando en pensar en escribir letras de canciones, que de a poquito empezaron a convertirse en cuentos, y ahí fue que empecé a leer a los 16 o 17 años. Mis primeras lecturas fueron de Charles Bukowski que en un veraneo llevó mi hermano».
Luego fue el paso de Bukowski a Raymond Carver. «Pasé a escribir, a leer literatura argentina, de la Biblioteca Sur de la editorial Planeta que dirigía Juan Form, autores chilenos, y literatura argentina de todo tipo, pero Borges no me entró en esa época, fue unos años después».
Bahiense de nacimiento, publicó libros de cuentos, novelas, poemarios, una nouvelle. «Nueve versiones de Borges», publicado este año, incluye una guía que te explica cómo cada cuento está inspirado en algún cuento de Borges.
Sin embargo, en el universo de Molina, no sólo coexiste la reinterpretación como modo de inspiración.
Temió por las repercusiones, creyó algún juicio de Maria Kodama respecto a derechos de autor, porque entre sus líneas «hay frases textuales, sacadas de textos de Borges pero son las menos interesantes», enfatizó. «Más interesante es cuando algo parece de Borges pero no es textual; la construcción de la frase, la ubicación del adjetivo», expresó sobre el proceso de escritura de sus cuentos.
En ellos, encontró que «Borges escribe como si fuera inglés, una traducción literal presente, te traduce esa oración y queda un poco extraña, pero viene de esa tradición, fanático del inglés antiguo, traductor, tiene eso incorporado», detalló Molina.
Para el autor de «Nueve versiones de Borges», en diálogo con Narraciones Extraordinarias por la radio pública dijo que en todo ello hay algo de mágico. «Cómo uno puede ir incorporando cosas imbuido por el espíritu de Borges. Hay cuentos donde está más presente, en otros la temática o la estructura; está el doble, la identidad, el espejo, esa idea que pongo en el prólogo que es “La flor de Coleridge”, la idea de la flor de quien vuelve del Paradiso, o la idea de cuando vuelve a la calle México y encuentra un cuadro con materiales que sólo son del futuro».
Cover, reinterpretación, reescritura, inspiración, “yo le puse -versiones- pero cada cuento tiene lo suyo. En algunos está la secuela, en otros la estructura, la memoria, hay diferencias, en algunos tomo la falsa biografía», propio del universo borgiano.
Por último, el escritor refirió: «La selección tuvo que ver con lo que me salió, no estuve a la altura de El Aleph, hice el Sur que es uno de los que más me gusta de Borges».
*** Molina presentará «Nueve versiones de Borges» de Gargolas Ediciones, este domingo en “Imaginario Cultural” su libro de cuentos borgianos.
Escuchá la entrevista completa:
(RP)
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