Luego de la convención radical, Favio Quetglas, diputado nacional de la UCR aseguró que el encuentro “dejo un partido ordenado en lo esencial” y si bien admitió que hay un “problema de agenda política” de cara a los desafíos a futuro que se le presentan al país, la fuerza “está mucho mejor que en el 2019 y muchísimo mejor que en el 2015”.
En la Mecha, por Radio Provincia, el legislador nacional agregó que en el encuentro “no fue discutida la pertenencia a Juntos y tampoco la ampliación del espacio” aunque si destacó que para esto último “estamos morosos”.
Y ante la inminencia de las elecciones, reflexionó sobre el “timing” en tiempos del “poliamor” en la política al considerar que las alianzas deben ser instrumentadas por lo menos “6 meses antes” de los comicios y no “tres semanas antes de la elección porque estamos en el medio de la batalla” y “si la alianza no se institucionaliza va a ser una fuente de conflicto permanente”.
Seguido, de cara al armado electoral, Quetglas describió que la UCR “es un partido heterogéneo, con presencia territorial, con historia y con sus rituales, que llega con un consenso del 95 %y con más musculo territorial, que hace 10 años y con más intendentes, más gobernadores e intereses dispersos”.
“Y una concepción sobre la estrategia electoral, en un marco donde convivimos en un espacio coalicional con multiplicidad de líderes, cuya influencia excede sus espacios de orígenes. Hay radicales de comité que se sienten atraídos por aspectos de los discursos de los dirigentes del PRO como Larreta, Bullrich, Macri… . Y también hay dirigentes del PRO que te hablan bien de Sanz, de Morales, y eso tiene que ver con que en la tradición argentina no hay tanta historia de una coalición tan dilatada en el tiempo. Y esta va produciendo una hibridación en el territorio que choca con las estrategias más de aparato partidario” y destacó que en este escenario es posible que Morales pueda articular una estrategia electoral con (Horacio) Rodríguez Larreta, mientras que “(Facundo) Manes va sostener su candidatura a presidente contra viento y marea”.
Finalmente, Quetglas estimó que en estas elecciones “estamos mejor que en el 2019 y muchísimo mejor que en 2015. No hay que olvidar que nosotros venimos del 2001. Y normalmente, un partido que pasa lo que le pasó al radicalismo, desaparece. Sin embargo, no despareció porque tiene detrás una historia. Y hoy somos muchos más relevantes. Gobernamos tres provincias, volvimos a dominar la Universidad, tenemos más presencia territorial y volvió a ser relevante en el armado de Juntos por el Cambio y en los cargos ejecutivos que se construyan para adelante”.
Aunque admitió que “nosotros no vamos a ser los grande que fuimos pretendiendo ser los mismos que fuimos. Y aclaró que si bien el radicalismo ha ido mejorando el problema electoral severo. También tiene un problema conceptual, porque su agenda de los 80 está agotada. Los derechos civiles, la reconquista democrática, la reparación ética están agotados en términos de interés popular porque nosotros triunfamos y hay elecciones, las denuncias de fraude son marginales, hay división de poderes, los periodistas tiene derecho de palabra…. Mientras que la Argentina de hoy tiene otra agenda, la de la desigualdad, del desequilibrio territorial, de la inseguridad. Y eso es lo que debe retomar el radicalismo si quiere ser ese partido vibrante, que yo sueño”.
(RP)
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