Carlos Ulanovsky: “En mi infancia, la radio era todo” General 03/07/202012/10/2024Radio ProvinciaEl periodista recordó su vida en Floresta, sus primeros trabajos, la persecución y el exilio.El periodista y escritor Carlos Ulanovsky recordó su infancia en Floresta, sus inicios en la comunicación, su carrera en distintos medios y su exilio, en una profunda charla con Marcelo Figueras en Plegarias Atenidas.“Mi familia era medio ensamblada, cuando yo nací mi mamá se murió poco después del parto. Mi papá estuvo viudo 4 años, luego conoció a una mujer viuda que tenía un hijo. Ella pasó a ser mi mamá y su hijo, mi hermano. Fue una buena prueba”, dijo.Reveló que “en 1954, gente vinculada con la actriz Angelina Pagano fue a hacer un casting para una obra en el Colón y entre varios chicos, fui uno de los elegidos y actué en la obra “El sueño de Pelusita y Perón estuvo en el palco. Tiempo después, cuando Renán era director del Colón, le pedí que buscara el programa y lo encontró y lo tengo como un gran recuerdo. Fue mi única actuación, pero fue en el Colón y con Perón de espectador”.En ese marco, dijo que su amor por la radio es desde chico, porque “todo era la radio. Mi casa no era muy librera, sí se recibían diarios y revistas. Nunca podía haber hecho el libros Días de Radio de no haber tenido esa formación inicial con la radio. Recuerdo a la noche a mi vieja haciendo las tareas y escuchando un programa que se llamaba “Entre tangos y boleros”. Ella cantaba bastante bien y a algunos tangos se le animaba. Mi viejo venía de la fábrica a mediodía a almorzar y escuchábamos “El relámpago” y a la noche Radio El Mundo”.“Se transmitía teatro desde los teatros y la transmisión era muy particular. Cuando el público se reía mucho, aparecía un locutor hablando en voz baja como cuando transmiten tenis y explicaba cuál era la situación y le daba la posibilidad para que no quedara el bache del silencio”, contó Ulanovsky al rememorar su relación con la radio.Sobre su etapa de adolescente señaló: “Hice toda la secundaria con Rodolfo Terragno y cuando estábamos en tercero se le ocurrió una revista y me invitó a ser el sub director, un día le pregunté por qué y me dijo que fue porque era uno de los pocos de la comisión que leía los diarios. Fueron tres años y siete números, se llamaba “Orden”. Esa posibilidad de ir a ver, con la excusa de la revista, a gente que uno admiraba (…) fue muy importante. Fue una experiencia impresionante y me aclaró que yo quería ser periodista. Cuando salimos de la secundaria fuimos a buscar trabajo, era mucho más fácil que ahora”.“Fue lindísima esta etapa escolar, en cuarto y quinto hubo exposiciones de periódicos estudiantiles en el Nacional Buenos Aires donde conocí por ejemplo a Mario Mactas. En quinto año estaba el muñeco Mateyco. Mi viejo quería que fuera médico, intenté tres veces y me bocharon en el ingreso: tenía matemática, biología y química. Entonces le dije a mi papá que no iba a tener un hijo médico, me dio pena no darle el gusto porque adoraba a mi papá”, significó el autor de Días de Radio.En su juventud “había trabajo, muchos diarios y diez semanarios: Panorama, Primera Plana, Confirmado, Gente, Siete días, eran diez luchando en el kiosco y en general a casi todos nos iba bien. La revista Análisis, era impresionante. La característica de los periodistas de ese tiempo era la multiocupación, pero no la multiocupación precarizada de ahora, rendías en los cuatro y te pagaban bien en los cuatro”.“Yo iba mucho al bar La Paz en Corrientes y Montevideo, había mucha gente a la que yo también admiraba y seguía con devoción, tipos como Germán García (…) Entre el 71 y el 73 trabajé en La Opinión, estábamos en el noveno piso, en la parte cultura y espectáculos. La parte de política estaba en el tercer piso. Entregábamos los viernes para el domingo pero igual íbamos los sábados y hasta llevábamos a nuestros hijos, era una tertulia. Estaba Juan Gelman que escribía poemas por encargo a todos, estaba el gordo Soriano que nos leyó los primeros capítulos de Triste, solitario y final”, agregó.Aclaró que si bien no era militante, sufrió persecución por su trabajo entrados los 70. “En 1973 nos llamaron del ministerio de Educación de Jorge Taiana padre, en el área de comunicación social, probablemente vinculada con los montos. Querían hacer un programa de radio y nos contrataron y empezamos un programa que de 23 a 1. Le habíamos aclarado que no éramos militantes. A los seis meses nos pidieron hacer una conferencia de prensa para presentar lo que estábamos haciendo, a los tres o cuatro días, salió en La Nación que Mario Mactas y yo éramos los directores del diario. A la semana salió el número 1° de El caudillo que decía que los mejores enemigos eran los enemigos muertos y estaban nuestros nombres”.“Tuve la sensación de que se me había movido el piso y tenía un miedo terrible, estaba empezando una relación con alguien con quien estuve 32 años casado. Tenía un miedo brutal, cuando clausuraron Satiricón en 1974 tenía un pasaje guardado y me fui, pensando que en dos meses todo iba a pasar”, sostuvo.Aseguró que en México, donde vivió en su exilio, “adquirí la adultez. Había más información en México que en la Argentina sobre lo que estaba pasando en país en el marco de la dictadura. Se veía con el efecto que la distancia provoca, pero pese a todo no conocí a ningún argentino que hubiera querido quedarse para siempre en el exilio, todos queríamos regresar y es lo que hicimos”.“Vine a la Argentina con mi hija muy chica pero nos volvimos a ir porque seguía la persecución. Volvimos en 1983, un poco antes del gobierno de Alfonsín. Desde 1983 al 1990 trabajé en Clarín y fue una etapa muy feliz, de mucho aprendizaje”.Por último, sobre la realidad argentina, Ulanovsky afirmó: “Ahora me parece que tiene que ver mucho con la grieta. Creo que hay realmente dos países y cuando las diferencias son tan marcadas, es muy difícil ponerse de acuerdo, ni siquiera estoy seguro de que habría acuerdo en los temas menores o básicos”.“Hay cosas que nunca se saldaron, es probable que la gran escisión argentina haya comenzado el 16 de junio de 1955 con el bombardeo a Plaza de Mayo, a gente indefensa, desarmada. Eso nunca se resolvió de la manera esperable. Me parece que ese odio que hoy advertimos en muchos sectores, un odio muy centrado en relación al peronismo, eso es un impedimento gravísimo e histórico” para el desarrollo del país.Sobre la pandemia, admitió que “evidenció la vulnerabilidad de tantos sectores y no es que no se supiera que en las villas ahora llamados barrios populares se vivía mal, o que era probable que el 90% de los geriátricos estaban en infracción pero ahora saltaron al nivel del escándalo”.M. TorresContinue ReadingRadio ProvinciaTambién te puede interesar Kicillof inauguró el nuevo edificio del Jardín de Infantes Nº912